[COLUMNA] Los hijos y el nuevo año académico

Carla Vivanco
Psicóloga clínica y Coach Parental
@PadresCreciendo

Si para ti es difícil retomar tu trabajo después de vacaciones, más para tus hijos que han tenido abundante tiempo para acostarse y levantarse más tarde, hacer lo que quieren, tener menos obligaciones, no correr a desayunar y vestirse, pasar más tiempo de ociosos y más tiempo en la tecnología. Probablemente no están motivados ni entusiasmados para volver a clases. Entonces ¿cómo ayudar a tus hijos a tener una actitud positiva frente al nuevo año académico?

Es necesario revisar tu propia actitud en torno a temas equivalentes en tu vida. Reflexiona y evalúa lo que están escuchándote decir tus hijos acerca del término de las vacaciones o de retomar tu trabajo u otras actividades rutinarias. Si te perciben agobiado y te escuchan quejarte o hacer comentarios negativos, los estás influenciando a generar los mismos sentimientos y similar actitud. Sugiero que te esfuerces por compartir con ellos el lado favorable de tu vida, tu trabajo y tus rutinas.

Adicionalmente, es importante favorecer conversaciones que les lleve a verbalizar sus sueños para este año, a plasmarlos en metas y objetivos claros y posibles de alcanzar. Para ello, a través de preguntas, guíalos a definir lo que esperan para este año (en lo académico y en lo personal) y a plantearse qué necesitarán hacer para que esos deseos lleguen a hacerse realidad.

Todo sueño necesita llegar a convertirse en una meta, y toda meta necesita llegar a tener un camino viable. Muchas veces no se alcanzan las metas porque los caminos no son bien planeados o materializados. Dedica tiempo a ayudar a tus hijos a planear bien cómo harán para dar los pasos adecuados que concreten sus sueños. Los sueños los conectan con la pasión, y la pasión energizará sus días.

Si logras transmitirles que las actividades diarias y cotidianas son un medio y un paso pequeño hacia sus metas, se mantienen más motivados porque logran visualizar que tienen sentido.

Este año puede ser una oportunidad para discipular a tus hijos, mostrándoles una actitud positiva, ofreciéndoles tu ayuda para transformar sus sueños en motores, y poder buscar a Dios juntos para encontrar su sentido de propósito.