Después de un arduo trabajo en el submundo de las mejores fuentes científicas la Teoría de Género, encontramos que la Teoría de Género es sólo una ideología. El enunciado básico es que las personas nacen “neutras sexualmente”, y que solamente las experiencias culturales definen su género. Aunque afirma tener antecedentes científicos que demuestran esta suposición, los estudios que usan los ideólogos para justificar la Teoría de Género han sido demostrado fraudulentos (Lea: El caso de los gemelos Breimer).
¿Qué hay de cierto con la transexualidad?
Aunque esta es una realidad muy sensible, en especial tocante a los niños que presentan esta condición y sus padres, hay que precisar algunos conceptos:
- Transgénero: Es una persona cuya identidad de género (niño, niña) se contradice con su sexo biológico. Se desconocen las causas de esta condición, y no necesariamente es un problema que se pueda remediar clínicamente.
- Transexual: Es una persona que ha sido sometida a una operación de cambio de sexo, y eventualmente el cambio legal, para alinear la identidad de género que dice tener con la apariencia física correspondiente.
- Intersexual: Así llaman ahora lo que antes llamaban “hermafroditas”, es decir: niños o niñas que nacen con un “problema físico”, donde presentan genitales de ambos sexos y a veces órganos reproductores masculinos y femeninos.
En esos términos, no es la intención ofender las convicciones de ninguna persona y mucho menos de ningún papá o mamá. Sin embargo, es conveniente revisar la base empírica para dichas teorías.
Un estudio que tiene peso científico y que explora la relación de biología y cultura en la construcción del género en el caso de los “transexuales” es del 2016. Fue publicado por “The New Atlantis” por el psiquiatra Dr. Paul R. McHugh del prestigioso instituto John Hopkins (EUA). Dicho informe fue revisado por el Dr. Lawrence S. Mayer, con amplia experiencia en estudios clínicos. Sus resultados son sorprendentes, y no vienen de autores cristianos o conservadores:
“Los niños son un caso especial cuando abordamos las cuestiones de género. A lo largo de su desarrollo, muchos sopesan la idea de pertenecer al sexo opuesto y tal vez algunos muestren mejorías en su bienestar psicológico si se les alienta y apoya en su identificación transgénero, especialmente si esa identificación es fuerte y persiste en el tiempo”.
“Pero prácticamente todos los niños acaban identificándose en último término con su sexo biológico”.
“En cualquier caso, queda claro que la idea de que un niño de dos años que haya manifestado pensamientos o conductas que se identifican con el sexo opuesto pueda ser catalogado de por vida como transgénero no cuenta con ningún respaldo científico”.
“De hecho, es perverso creer que a todos los niños con pensamientos o conductas atípicas de género en algún momento de su desarrollo, especialmente antes de la pubertad, hay que animarles a convertirse en transgénero”.
Descargue el informe completo del “The New Atlantis” en este enlace (español).
Abundan otros estudios científicos que asocian la aparición de un alto porcentaje de transexualidad con el delirio de esquizofrenia. Vea por ejemplo los estudios citados en el artículo: «Esquizofrenia como causa inductiva o coexistente de transexualidad secundaria».
Mira además: Cómo fue que la Asociación Psiquiátrica Americana (APA) quitó la homosexualidad de su catálogo de trastornos mentales.
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