«¡Nuevos diáconos, Nuevos diáconos, Nuevos diáconos!», fue la consigna que retumbó en varios momentos del «estudio bíblico» al interior de la Catedral Jotabeche el sábado 20 de abril.
Ese día, el pastor gobernante y obispo de esa iglesia, Eduardo Durán Castro, debía presidir la reunión con el cuerpo directivo, como siempre las 17:30 horas. En vez de eso, abandonó su oficina encerrado en un auto, no sin antes reiterar que no renunciaba ni renunciaría a su investidura, en medio de una grave división.
«Esta unción y esta honra me la dio Dios Todopoderoso y no serán los hombres los que tomarán el lugar de Dios para quitármela», expresó Durán antes de escapar del acoso de la prensa arriba de una camioneta negra, acompañado de su abogada, y también sobrina, Fabiola Salinas.
¿Qué escenarios enfrenta el movimiento de resistencia a la máxima autoridad en el Circuito Jotabeche, y para avanzar en sus demandas de reforma en la Primera Iglesia Metodista Pentecostal?
El pasado sábado 27 de abril los «oficiales diáconos» de Jotabeche (incluyendo los renunciados y destituidos) volvieron a aparecer en la Catedral Evangélica durante el llamado «Estudio Bíblico». La reunión la dirigió uno de ellos, Pedró Chacón.
Sólo uno de ellos: José Arroyo, había enviado un emotivo mensaje repasando su trayectoria en la Catedral Evangélica, descartando regresar a dichas labores, e incluso que por ahora dejaría de congregarse. Arroyo sería, hasta ahora, el único oficial diácono que no estaría disponible para participar en la transición del liderazgo de Jotabeche.
La sorpresa para muchos fue que, en el último «estudio bíblico», no sólo estaban los primeros 5 disidentes (Luis González, Osvaldo Orellana, Juan Carlos Loyola, Pedro Lemunao y el mismo Chacón). Llegó Eduardo Durán Salinas, hijo del obispo, quien renunció mediante una declaración pública en Facebook el sábado 20. También otros que fueron destituidos por Durán, los que renunciaron por carta o video, y varios de los más leales al cuestionado obispo, entre ellos: Pedro Rojas, férreo defensor de Eduardo Durán, y otro incondicional: Manuel Jerez.
Este último, encargado de rendir las cuentas de unos depósitos de la iglesia en fondos mutuos, se llevó una feroz pifiadera al dirigirse a la congregación: «¡Bájate del púlpito, traidor!», le gritaron. Fue tanto que tuvo que pedir silencio insistentemente para poder hablar.
Después de 2 semanas, si algo queda claro en la crisis de Jotabeche es que no sólo hay disidencia, también hay resistencia. Resistencia que se tomó más de 60 de las 77 clases del circuito, que movilizó a cerca de 100 pastores de la corporación Primera Iglesia Metodista Pentecostal (PRIMP) exigiendo la renuncia o remoción del todavía obispo. A nivel local, los disidentes- resistentes apuntan precisamente a quienes por largos años debían conocer los antecedentes de corrupción al interior de la iglesia: Los oficiales diáconos, incluyendo quienes hoy son disidentes de Durán.
La resistencia también pide cambios profundos en la forma de gobierno eclesiástico, transparencia en el uso de los recursos, y fijar una remuneración para los obispos y pastores.
Los diáconos son, para dicha resistencia, el bastión del continuismo, y sospechan que negocian bajo cuerda con Durán Castro una salida económica, en desmedro de la Iglesia.
En los últimos días circularon cartas y videos donde varios de ellos anunciaban su «renuncia indeclinable» al cargo que ejercen, pero en rigor ellos ninguno de ellos han renunciado por escrito ante el Ministerio de Justicia a su cargo en la corporación. Además para remover al obispo Durán se necesitan 16 votos de los 23 que conforman dicho quórum.
Así las cosas, la resistencia en la PRIMP debe contar con la «buena voluntad» de los diáconos en ejercicio. Y en medio de rumores que aseguran que ellos se han seguido juntando en secreto, para negociar una salida con Eduardo Durán, llama la atención una encuesta elaborada por el grupo disidente-resistente dirigida al cuerpo directivo de la Catedral y que circula por Whatsapp, en que plantean abiertamente la posibilidad que estos diáconos dejen su cargo una vez que se reformen los estatutos, y recién ahí nombrar un nuevo pastor.
«¡Hola! como muchos sabrán, ya comenzó el proceso de transición para elegir a nuestro futuro Pastor en Jotabeche. Lamentablemente, otra vez nos vemos enfrentados a reuniones secretas, a los mismos Oficiales Diáconos que llevaron a Jotabeche a la inestabilidad total definiendo el futuro de la Iglesia. Somos muchos que queremos cambios y también los incluyen a ellos, queremos nuevos Oficiales Diáconos y de ellos Dios levante al nuevo Pastor», señala la cadena.
El proceso de transición que exige esta resistencia pide a los actuales diáconos que reformen los estatutos a la brevedad, para que luego remuevan al obispo Duran y se ordene el tema financiero. A renglón seguido, ellos también debieran, de acuerdo a las fuentes consultadas, dar un paso al costado dentro del cuerpo directivo, y convocar a elecciones donde se puedan postular, eventualmente, junto a otros hermanos: «Tendremos la seguridad de que cuentan con la legitimidad del Cuerpo Directivo», aseguran los autores de la encuesta.
El proceso idealizado por la resistencia se encuentra no sólo en manos de la buena voluntad de los oficiales diáconos en ejercicio, sino además limitado por las condiciones que imponen los estatutos de la PRIMP, escollos que deberán sortear para, de alguna forma, avanzar en la hoja de ruta que se han propuesto.