Pastor David Paillán
San Mateo 5:13 (NTV) «Ustedes son la sal de la tierra. ¿Pero para qué sirve la sal si ha perdido su sabor? ¿Pueden lograr que vuelva a ser salada? La descartarán y la pisotearán como algo que no tiene ningún valor».
El mejor producto anticorrupción en el tiempo de Jesús era la Sal. Corrupción es sinónimo de pudrición. Este mensaje de Jesús es afirmativo, declaración y afirmación que tú y yo, los creyentes, somos (o debemos ser) la sal de nuestra sociedad. Para esto no necesitamos una acción sobrenatural, necesitamos obedecer a las enseñanzas del Evangelio, vivir los principios del Reino de Dios, no acomodar a nuestra manera esos principios, sino aplicarlos cotidianamente. No necesitamos una revelación mas que la Biblia.
Es sencillo: dejar lo estaba haciendo y hacer lo que debo hacer.
Si la sal no tiene sabor (insípida) será pisoteada (hollada) por los hombres. Corrupción en la misma iglesia (tú y yo somos la iglesia). Exijo una explicación (diría Condorito). ¿Cómo es esto? ¿Por qué? ¿Será muy tonto lo que estoy preguntando?
En Romanos 12:1 (NVI) dice: «Por lo tanto, hermanos, tomando en cuenta la misericordia de Dios, les ruego que cada uno de ustedes, en adoración espiritual, ofrezca su cuerpo como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios. No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta».
Seamos cristianos concientes. Apliquemos la ética cristiana.
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