Pastor Rolando Zapata Rojas.
“Y Samuel le preguntó:
—¿Qué has hecho? Saúl respondió:
—Cuando vi que el pueblo se me dispersaba, que tú no venías en el plazo señalado y que los filisteos estaban reuniéndose en Micmas, entonces pensé: “Los filisteos descenderán ahora a Gilgal contra mí, y yo no he implorado el favor de SEÑOR”. Por eso me vi forzado y ofrecí el holocausto”.
1 Samuel 13:11-12
Las cosas se estaban saliendo del control, según la óptica de Saúl. Sus hombres estaban temerosos, el enemigo creciendo, el temor empezó a empoderarse de todos, y principalmente del líder.
Lo que Saúl no pudo ver, por estar “imbuido” en todo aquello, es el Señor mismo. Aquello era una prueba. Una prueba a su fidelidad, confianza, que dejaría clara su dependencia en Dios, y por lo tanto, establecería su reinado.
Saúl traspasó la linea porque pensó que las coas estaban fuera de control. El retraso del profeta, el temor de sus hombres. Él era el lÍder, debía hacer algo. Aquello presionaba su cabeza, una voz que le decía qué hacer, que siguiera no más, que no podría arriesgarse a estar sin Dios, y por eso, tenia que sacrificar.
Además, Saúl tiene una autoimagen muy negativa. Se escondió en su “coronación”; fue visto como nada, decía ser el menor de todos, entre otras cosas. Eso aun más le aumentaba la presión en su mente y corazón. Pero todo eso era mentira. Y él cedió y cayó.
¿En dónde estaba Dios? ¿Por qué el retraso de Samuel? ¿Y el temor de los hombres? ¿Cómo quedo yo, que soy rey, frente a mi pueblo? ¿Nuevamente seré el incapaz?
¡Ah, Saúl! Confía en el Señor. Dios está en el control. Él jamás deja de estar. No te guíes por esas voces, no te dejes tomar por la presión, por el “qué dirán”, no cruces la línea. Manténte firme. Eso debiéramos decirle, y decirnos también cuándo estamos y vivimos estas mismas situaciones.
El Señor está en el control. Que Él nos permita ser fiel y que fortalezca nuestra fe para mantenernos en Sus caminos. Él es nuestra roca y fortaleza.