En el contexto de la crisis que vive Chile, representantes de la masonería y de algunas iglesias evangélicas suscribieron esta semana un documento en el que se comprometen a «encontrar puntos y áreas de colaboración» con el fin de desarrollar espacios de encuentro en la sociedad nacional.
En la víspera de Navidad, una decena de líderes evangélicos participó en una reunión convocada en el ex-Congreso Nacional de Santiago, por la Gran Logia de Chile, máxima instancia de la masonería en nuestro país.
Esta reunión, y el documento firmado por los participantes, fue gestionada por el Dr. Jorge Cárdenas Brito, moderador de la Iglesia Evangélica Presbiteriana, y es el resultado de un primer acercamiento organizado el 25 de noviembre pasado, en el que representantes de la masonería y algunos evangélicos dialogaron sobre la compleja situación social que atraviesa el país, y abordaron la necesidad de encontrar «puntos de encuentro que sean un aporte al debate nacional» para superar la crisis.
Un mes después, las mismas partes interesadas se reunieron para suscribir la declaración en la que expresan su deseo de «ayudar a desarrollar en la sociedad nacional (…) un espacio de encuentro que permita compartir en la misma mesa para descubrir, en un diálogo respetuoso y tolerante, quiénes somos unos y otros, para despejar las dudas y mitos que separan y desunen».
Añade el documento que el ejercicio es estimular el diálogo para «descubrir lo que en común deseamos para el futuro de la nación, además de precisar aquellas posibles áreas y tareas concretas en las que podemos colaborar».
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Según reconoció el propio Sebastián Jans, Gran Maestro de la Gran Logia de Chile, «esta instancia no se había dado nunca y es un compromiso que asumen como instituciones para generar un ambiente en que todos nos reconozcamos como hermanos». El líder masón aseguró que seguirán haciendo esfuerzos para sumar nuevos adherentes a esta instancia. «Todos los firmantes creen que pueden contribuir a producir grandes acciones y cambios para lograr un país más fraterno».
¿Quienes son los que firmaron? ¿Y por qué este acercamiento con la masonería?
El grupo de evangélicos que respaldaron el documento representa a un sector más bien pequeño de las iglesias protestantes históricas (presbiterianos, luteranos, metodistas, bautistas) y algunos pentecostales.
Además del pastor presbiteriano Jorge Cárdenas Brito, Presidente del Concilio de Iglesias Históricas y Protestantes de Chile, se sumaron: Eduardo Cid, Vice Presidente de la Mesa Ampliada – UNE Chile (pastor wesleyano); Juana Albornoz, del Consejo Ejecutivo de la Mesa Ampliada – UNE Chile (pastora pentecostal); Izani Bruch, Obispa de la Iglesia Evangélica Luterana de Chile; Raquel Riquelme, Rectora Seminario Metodista de Chile, Daniel Godoy, Rector de la Comunidad Teológica Evangélica de Chile; David Muñoz, Director del Concilio Nacional de Iglesias Evangélicas; y José Carvajal, pastor de la Iglesia Evangélica Presbiteriana de Chile.
Al ser consultado el pastor Cárdenas sobre este acercamiento con la orden de la escuadra y el compás, señaló que si bien no todas las iglesias evangélicas están en sintonía con el llamado a «conocemos nuestra común humanidad y responsabilidad para construir una sociedad fraterna, respetuosa, responsable y justa para todos y todas», aquello es un llamado básicamente cristiano.
¿Cómo piensa usted que ambas colectividades pueden avanzar juntas?
Hay que dar ejemplo a la sociedad civil de capacidad de dialogar y tratar de superar desconfianzas, superar estereotipos y mitos, y eso se logra solo conociendo al otro. Lo mismo debemos ser capaces de hacer con las demás religiones y sin tratar de convencer al otro. En esta sociedad es necesario modelar lo que parece en el ámbito político no saben, un modo distinto de convivir y resolver diferencias. Respeto mutuo, no suponer cosas del otro sin hacer un esfuerzo por conocerlo.
¿Podrían buscar acercamientos con otros grupos religiosos también?
La masonería no es una religión, pero claro: se trata de dialogar también con otras religiones presentes en Chile. Existe ya formalmente en Chile la ADIR: Asociación para el Diálogo Interreligioso. Cada uno sigue su propio camino de fe, pero conoce y respeta al otro.