Gobierno de Piñera en 2 años: Líderes evangélicos hacen su propia evaluación

A pocos días de la cuenta anual del Presidente Piñera, conversamos con algunos de los líderes nacionales de las agrupaciones evangélicas, y les preguntamos: ¿Qué ha sido lo mejor que ha hecho el Gobierno en relación con las iglesias evangélicas en estos 2 años? ¿En qué ha estado lento, pobre o deficiente? Y finalmente: ¿Dónde debería concentrar su atención en los próximos 2 años que quedan? Algunos nos respondieron, otros no. Aquí van sus respuestas.

Puntos positivos de este Gobierno.

Todos los entrevistados coincidieron en que este Gobierno está haciendo una diferencia grande con los anteriores al desarrollar como nunca una relación abierta con las iglesias evangélicas a nivel nacional y regional.

Sobre este mismo aspecto, el capellán evangélico del Palacio de La Moneda, pastor Alfred Cooper, valora que el Gobierno busque desarrollar una relación con el mundo evangélico. “Fue desafortunado que al comienzo se enredaran las relaciones entre los grupos evangélicos y el gobierno, principalmente porque los evangélicos no nos pudimos unir ante el gobierno primero”. Sin embargo, afirma que esto ha cambiado, ya que «se ha observado como líderes evangélicos nos hemos comenzado a acercar, con mucha paciencia, el uno al otro y a conversar juntos con el gobierno». Celebra que el gobierno, por medio de la Oficina Nacional de Asuntos Religiosos, ONAR, esté estableciendo mesas de trabajo en regiones. “Los hermanos están muy contentos, porque se les está escuchando, hay un sentir en los líderes regionales que tienen algo que decir, ya que no se sienten interpretados por las organizaciones de Santiago”, asegura.

Una opinión similar tiene el pastor Emiliano Soto, presidente de la Mesa Ampliada de Organizaciones Evangélica, UNE Chile. El pastor celebró el “trabajo sistemático de la ONAR a nivel nacional con la gran tarea de integrar la diversidad evangélica, y el desplazamiento a nivel de regiones”. Misma apreciación tiene el pastor Jorge Méndez, presidente del Consejo Nacional de Obispos y Pastores. Para él, éste es un punto distintivo: “Se ha cumplido con la plena igualdad de trato hacia los representantes evangélicos, tanto a nivel regional como a nivel nacional”.

Para el presidente del Capítulo de Capellanes de las Fuerzas Armadas, de Orden y Seguridad, pastor David Muñoz Condell, un punto alto fue la incorporación de las iglesias evangélicas y los líderes religiosos en el “protocolo oficial del Ministerio de Relaciones Exteriores de la República de Chile”.

Otro punto apreciado positivamente por los entrevistados tiene relación con las Capellanías Evangélicas al interior de las instituciones uniformadas. Justamente para el pastor David Muñoz, quién es capellán de la PDI, la constitución de una mesa de trabajo de Capellanía Evangélica y Protestante es algo que se esperaba tremendamente. Misma cosa piensan los pastores Jorge Méndez y Emiliano Soto, para quienes hay notables avances, pues se han inaugurado varias capillas en regimientos y hospitales castrenses, o como recordó el pastor Eduardo Durán, presidente de Comisión Nacional de Iglesias Evangélicas, CONIEV, “el capellán de la Armada viajó por primera vez en un crucero de instrucción”, aunque sólo llegó hasta Isla de Pascua.

Finalmente, todos señalaron como un hecho inédito la entrega de Credenciales de Identificación para el trabajo de asistencia espiritual por los pastores en los servicios de salud pública, ceremonia que se realizó el 25 de abril en La Moneda. El pastor Jorge Méndez recordó que este reconocimiento fue solicitado a la presidenta Bachelet “pero se hizo muy poco”.

Puntos débiles en relación con las iglesias

El más crítico fue el pastor Emiliano Soto, para quien “no se han tenido avances significativos”. En su opinión, lo que se ha podido lograr es “mantener los hitos ya alcanzados”, y en cambio hay incumplimiento de los 30 Compromisos que se plantearon en el periodo de la campaña del Presidente. “Se han abordado muy lentamente, y si bien es cierto que se han creado Mesas de Trabajo, no ha sido suficiente para lograr los importantes objetivos trazados”, señala.

Sobre el mismo tema, el pastor Jorge Méndez recordó que “Bachelet hizo 8 propuestas a los evangélicos, de las que habrá cumplido unas 5. Este gobierno hizo 30 Compromisos, pero se le pasó la mano al hacer tanta propuesta. Hay cosas que derechamente no se pueden hacer, pero hay que rescatar la buena voluntad”.

Confirmando a los anteriores, el pastor Eduardo Durán lamentó que “en las 30 medidas se haya estudiado tanto, pero se avanzado poco. “Esperamos más nosotros”, advierte. Ejemplificó que en los compromisos de educación “es bien poco lo que se ha avanzado, porque todos los institutos teológicos siguen sin tener un reconocimiento de parte del Ministerio de Educación, eso fue una promesa”.

Finalmente todos coincidieron en que la dinámica de comunicación con las iglesias evangélicas ha ido mejorando pero en ocasiones es tensa y confusa. A juicio de los entrevistados, esta sordera queda demostrada en diferentes episodios:

“En la entrega de información a las iglesias, donde se percibe un cierto desconocimiento de la dinámica de sus congregaciones y el rol que le competen a sus líderes religiosos. En Chile, el protestantismo es diverso, y la manera correcta de referirse a nosotros es «las iglesias evangélicas», en plural. Los evangélicos no tenemos portavoces, cada iglesia se representa a si misma en esta diversidad, con su personalidad jurídica”, comenta el pastor David Muñoz.

“La relación entre el Gobierno con la diversidad de Organizaciones Evangélicas, no se ha tenido la fluidez y trato esperada”, se lamenta el pastor Emiliano Soto.

“Siempre se celebra el trabajo de las iglesias evangélicas al interior de las cárceles, pero tiempo atrás nosotros pedimos a Bienes Nacionales un recinto de reinserción laboral para todas las personas que nosotros evangelizamos al interior de los penales, y dicen que no hay nada, ¿cómo es posible?. La iglesia se siente discriminada”, según el pastor Eduardo Durán.

Se nota una queja general hacia situaciones como el envío de la Circular 9 del SII, la urgencia indicada a la Ley de No Discriminación, o iniciativas de este Gobierno como Ley como el Acuerdo de Vida en Pareja (AVP), las que fueron calificadas de “contradictorias”, “confusas”, o derechamente “desatinadas”.

“Lo que se prometió fue el fortalecimiento de la Familia. Lamentablemente, se ha avanzado en sentido contrario a lo predecible, ya que los temas valóricos han sido afectados”, recuerda el pastor Soto. “Se siente como una persecución, aunque no lo es”, dice el pastor Méndez.

El capellán Cooper va un poco más allá, lamentando que tantas cosas positivas, como el compromiso de buscar el reino de Dios y sus valores, la bendición sobre el Gobierno y el país, en jornadas de intercesión adentro de La Moneda, se vean empañadas por el proyecto AVP, que no tiene el apoyo de las iglesias evangélicas.

“El Gobierno se esta identificando con un modelo de sociedad progresista, abierto a la diversidad sexual, alejándose de los valores tradicionales cristianos de a familia. Si bien se entiende la iniciativa como una expresión de gobernar en una sociedad donde no todos son cristianos, es una gran lástima que se adopten iniciativas que confunden, cuando ya el modelo de familia está en crisis». Sugiere que será necesario que el Gobierno haga grandes muestras de apoyo a la familia ahora si va a recuperar la credibilidad entre los evangélicos.

Puntos en los que se debería avanzar

En este sentido, la mayoría de los líderes entrevistados opinó que se debe tomar en serio las propuestas de las iglesias, en contacto real con los líderes de las instancias representativas, sin distinciones entre unas y otras. Más allá de los 30 Compromisos, creen que es necesario confirmar la buena voluntad y restaurar las confianzas. Para los pastores, es urgente reformar la Ley de Cultos (19.638), para facilitar las donaciones de recursos públicos y privados para las iglesias, y dar el mismo rango de la Iglesia Católica a las capellanías evangélicas, igualdad de derechos y beneficios que la Ley no abordó suficientemente. Concordaron también en es necesario el reconocimiento por parte del Estado de las instituciones evangélicas que imparten educación teológica y entregan acreditación académica a los pastores.

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