Han sido 2 meses particularmente intensos en el debate nacional. Con apenas un 20% de aprobación y casi un 70% de rechazo a comienzos del año (CADEM), la presidente Bachelet lanzó lo que parece una ofensiva para posicionar en lo que resta de su mandato un legado progresista, con el que se identifica su núcleo más duro.
Fue así que el 17 de mayo La Moneda fue iluminada con los colores del Arcoíris, se izaron banderas del “Orgullo Gay” en intendencias y servicios públicos, además de una profusa campaña en las redes sociales del Gobierno para celebrar el Día Mundial contra la Homofobia y Transfobia (con el eslogan #ChileParaTodes). Luego, en la Cuenta Pública del 01 de junio Bachelet avisó que pronto enviaría un Proyecto de Ley sobre Matrimonio Homosexual. Pese a todo, la reputación de Bachelet rasguñó el 30% cerrando el primer semestre.
Además del anuncio, causaron revuelo dos acciones de índole ideológico, con las que el Gobierno promueve una reforma social y moral en la educación. Nos referimos al manual “Orientaciones para la inclusión de personas LGBTI en el Sistema Educativo Chileno” y la circular 0768 de la Superintendencia, sobre “Derechos de Estudiantes Transexuales” en los colegios (25 y 27 de abril, respectivamente). Curiosamente, ese mismo mes (17 de abril) el Gobierno instruyó con los medios a su alcance al Servicio de Impuestos Internos (SII) cerrar de un “carpetazo” los casos de financiamiento irregular en la política, mientras la opinión pública esperaba ansiosa que el servicio se hiciera parte en la querella contra los responsables.
Este año la economía está creciendo apenas al 1%, con un desempleo cercano al 7%, la delincuencia no da tregua en nuestros vecindarios y el conflicto en la zona mapuche esta desbordado. ¿Cómo explicarse entonces, sino por razones ideológicas, que según el Gobierno esos sean los temas más relevantes para las familias chilenas? ¿Cómo es posible que, con nuestros impuestos, una casta política minoritaria, favorecida por el efímero poder que detenta, pretenda imponer en esta coyuntura iniciativas contrarias a nuestras convicciones, que sí son mayoría?
Algunos han argumentado que así funciona la democracia, lo cual es dudoso. En primer lugar, en una democracia todas las visiones tienen derecho a expresarse, y la victoria electoral de un sector político no significa la anulación del resto. Aquí se está expresando sólo la visión sesgada de un grupo, que llegó al poder con apenas el 20% del total de electores y un financiamiento cuestionable, para decirlo sin riesgo de querellas. En segundo lugar, los mentados manuales de educación, que algunos han ignorado su existencia, no han pasado por instancias de diálogo democrático, como podría ser una mesa de expertos pluralista, y por ende responden a los intereses de exclusivos de una agenda. En tercer lugar, el “acuerdo amistoso” que suscribió el representante de la Cancillería chilena con el MOVILH ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos se hizo a espaldas de la ciudadanía. A partir del 2016, este gobierno, en vez de defender la soberanía del Estado en materia judicial, se entregó a “todas las demandas” del movimiento gay internacional.
Siendo así, no resulta extraño el tremendo respaldo que muchos padres dieron al “Bus de la Libertad” en las calles y redes sociales. Mientras en los canales de TV hablaban pestes de la campaña, incluso queriendo bajarle el perfil con un regimiento de activistas en los matinales, el apoyo fue masivo. ¿Podríamos confiar en que el Estado dará el ancho en un Sistema de Garantías de los Derechos de la Niñez, y será mejor que los padres en procurar el bien superior de sus hijos, cuando está capturado por la misma casta política minoritaria que desde el Ejecutivo movió todas sus influencias para evitar la aprobación del Informe SENAME II en la Cámara?
Camuflado bajo el manto de la educación, tolerancia, la inclusión, el respeto, el derecho, la Teoría de Género quiere dejar fuera de combate a las familias, para luego destruir los fundamentos de la sociedad. ¿Y qué haremos entonces? En este número damos cobertura especial a la Teoría de Género, para que conozca al enemigo y las diferentes maneras que esa ideología está tratando de implantarse en el país. Exponemos las consecuencias reales de esa visión, no vayan a decir que estamos delirando y viendo fantasmas donde no existen.
Que pase al estrado la Teoría de Género, apoyada por una minoría triunfante.
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