[COLUMNA] El poder de visualizar y la Ley de Atracción

Carlos Waech
Empresario Inmobiliario
Fundador de Fokus Investment
@CarlosWaech

¿Has notado que prácticamente en cualquier seminario para emprendedores habrá un experto motivacional que enfatizará que para tener éxito en el negocio hay que visualizar tus metas?, Haría referencia a que es necesario comprender cómo funciona la “Ley de la Atracción”, un concepto que fue acuñado en el libro “El Secreto” (2006) llevado a formato documental ese mismo año.

La Ley de la Atracción es considerada una creencia pseudocientífica, esotérica, en donde el Universo confabula para hacer realidad tus pensamientos, ya sean negativos o positivos. Es una creencia en donde el centro de todo es el individuo. No toma en cuenta el esfuerzo, ni el talento personal, ni menos la voluntad de Dios.

¿Pero que tal real es esta ley? ¿Será que tiene algo de cierto? Mucho tiempo estuve directamente en contra de este concepto apelando pues es lógico que si alguien se enfoca en un objetivo, lo visualiza y visualiza, termina por conseguirlo, o al menos acercarse. Porque en su mente solo pensará en ese objetivo y se enfocará en ello para conseguirlo. En realidad, no estaba el universo confabulando a favor de esa persona, sino más bien: había enfoque, hábitos y disciplina.

Para ello, es necesario entender cómo funciona nuestra mente y así poder utilizar de manera técnica la llamada: visualización. En el consiente se alberga el pensamiento. Por otro lado, en el inconsciente, se encuentran nuestros hábitos, las cosas que ya hacemos sin pensar y de manera natural.

La visualización consiste primero en pensar de manera consiente lo que queremos lograr o en quien queremos convertirnos. A esto debemos sumar un plan de acción continua, con metas claras, ingresos, fechas… En resumen, todo lo que nos lleva al lugar que queremos, sustentado con perseverancia y voluntad.

Al principio llevamos a cabo nuestra acción incluso forzándonos a ser lo que queremos ser, o lograr lo que queremos lograr. La constancia de esto, hará que pasemos a una segunda etapa de consiente/inconsciente. En esta etapa el plan de acción comienza poco a poco a ser parte de nosotros, dado que seguimos día a día trabajando en nuestras metas de manera perseverante.

La consecuencia de este actuar hará que finalmente nuestro actuar pase de consiente/inconsciente a solo inconsciente. Y cuando ya es inconsciente, se ha transformado en un hábito. Cuando es un hábito notarás que ya estás trabajando o desarrollándote como la persona que al comienzo visualizaste y que, si es la voluntad de Dios, la meta que buscabas tarde o temprano llegará.

“Todo esfuerzo tiene su recompensa, pero quedarse sólo en palabras lleva a la pobreza”, Proverbios 14:23