La noticia no es nueva, pero si vigente (debido a la argumentación de que la orientación sexual es algo que no se debe ni puede cambiar): El año 2013, el primer transexual reconocido en Perú solicitó al Congreso de ese país que le devuelvan la identidad sexual con el que nació.
Se trata de Fernando Ñaupari Buendía, hoy pastor pentecostal, quien en la década de los 80 pasó por una operación de cambio de sexo, y recibió una nueva identidad en su país: Carmen Claudia Ñaupari.
«De una u otra manera buscaba parecerme a una mujer. No me gustaba lo que yo tenía entre la piernas», contó años atrás en una entrevista.
Así vivió 28 años de su vida, muchos de los cuales se prostituyó. Ni siquiera viviendo como ciudadano en Francia, y casado con un hombre de buena condición, Fernando pudo dejar ese ambiente. Fueron las oraciones de su familia las que después de mucho tiempo le hicieron reaccionar: en un viaje volvió a Perú para ser «bautizada en una iglesia cristiana y amar a mis hermanos como debe ser», ser una mujer centrada y hogareña, pero sin intenciones de abandonar su «identidad de género».
Pero en ese viaje tuvo un encuentro con Jesús, después del cual no podía creer lo que había hecho con su cuerpo. Entonces decidió que quería ser operado nuevamente para quitar los implantes y regresar a su identidad masculina. Francia reconoció su derecho. En Perú tuvo que dar una larga batalla. Tiempo después sintió el llamado a ser pastor evangelista, a lo cual se dedica hoy.
«Yo viví 28 años en medio de ese círculo homosexual, ver cómo los homosexuales en medio de su soledad, o en medio del alcohol lloraban. Por eso yo siempre lo he dicho: no hay homosexual feliz», declaró.
En este video, el pastor Fernando relata su testimonio. Alguien podría estar en desacuerdo con lo que él plantea, pero ahí está su versión que busca ser tomada en cuenta.
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