Hasta el día de hoy el gasto de papel en cualquier organización es carísimo, realidad de la que no están ajenas las iglesias locales. El otro día fui a mirar dentro de la caja de reciclaje de papel blanco en mi congregación y estaba repleta… ¡de los informativos que se habían repartido el domingo anterior!
Al respecto, la encargada de comunicaciones me comentó con resignación: “Hace un tiempo imprimimos una hojas a color en papel fino para dar la bienvenida. Nos dimos cuenta que era una tremenda pérdida de dinero”. Si usted es pastor, estoy seguro que usted estará de acuerdo conmigo en que esas cosas suceden más seguido de lo que quisiéramos, y por donde se mire es una pobre mayordomía de recursos que Dios pone en nuestras manos: árboles, papel, dinero, tiempo, etc.
En este momento de la historia uno puede ser muchísimo más efectivo en las comunicaciones. Antes, uno podía saber muy poco de lo que pasaba al otro lado de una publicación, había que tener un 6to sentido para comprender al “Lector in fábula” del que hablaba el escritor Humberto Eco. Pero hoy tenemos a nuestra disposición una serie de herramientas que nos provee internet para medir exactamente el efecto de una estrategia de comunicación. Por ejemplo, si su iglesia tiene un perfil de Facebook, el botón “Me Gusta” es un buen termómetro.
Sin embargo, ¿qué pasa con los contenidos de un sitio web? ¿Qué está leyendo la gente ahí? ¿Qué contenidos son los más visitados? ¿Desde dónde están llegando visitante a la web? Aunque usted no lo crea, generalmente esa información está disponible en el Panel de Control de su hosting. Normalmente hay una aplicación llamada “Awstats” que le permite identificar el comportamiento exacto de los usuarios (visitas diarias, horas peak, total mensual, contenidos más visitados, o cuantos usan iPhone). Cosa que, dicho sea de paso, es mucho más difícil de determinar si su sitio está diseñado en flash (por lo que no recomiendo usar esa tecnología obsoleta, sobre todo si está publicando contenido constantemente). Para usuarios un poco más avanzados, por supuesto es de mucha utilidad instalar Google Analytics, que incluso entrega un mapa gráfico de las secciones donde están interactuando los visitantes en el sitio web.
Otra manera que es muy práctica para determinar qué lee y qué NO lee la gente cuando usted publica un enlace es la herramienta Bit.ly (mucha gente cree que sólo sirve para acortar una dirección, pero es mucho más que eso). Lo más importante con Bit.ly es que asigna un código único para el enlace que usted está compartiendo, y luego hará un reporte de cuántas veces ese enlace corto que usted compartió fue visto o leído. Por ejemplo: usted tiene en su iglesia 10 líderes de ministerio. Supuestamente esta gente está interesada en leer lo que su pastor les manda, ¿verdad? Pues bien, si usted les envía un enlace como http://bit.ly/nlWj11 podrá saber cuántos de ellos realmente visitaron el formulario.
¿Sorprendido? Eso no es nada comparado con la posibilidad de hacer ese “seguimiento” desde un email masivo certificado. Por ejemplo, esta el programa basado en la web Mailchimp que es gratis y con el cual podemos saber puntualmente qué lee la gente cuando recibe su mensaje, si no lo han abierto, o si lo abrieron y no pincharon en el formulario para inscribirse en el próximo campamento.
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