Aunque no han enviado una carta formal, en horas de la noche se comenzó a confirmar el peor de los escenarios que podría enfrentar el día de hoy el cuestionado líder de la Catedral Evangélica de Chile. Aunque el directorio de la Corporación no tiene facultades para removerlo de su cargo obispal, si puede exigirle la renuncia formal y (en caso de que él no lo acepte) y la asamblea inhabilitarlo para el ejercicio de esa responsabilidad. Si esto último sucede, en la práctica Durán estaría caminando al destierro.
Ni la Junta de Oficiales Diáconos, si las Clases del Circuito, ni la presión de la gente en la calle frente a su oficina pueden forzar la renuncia del obispo. Parece contradictorio, pero según los estatutos de la Primera Iglesia Metodista Pentecostal de Chile (constituida el 8 de febrero de 2011., con personalidad jurídica de Derecho Público Nº 02315) el obispo presidente de la Corporación está por sobre dichos órganos administrativos y eclesiásticos.
Sin embargo, el directorio de la corporación según los estatuto sí puede pedirle la renuncia al obispo presidente, y en caso de rechazar éste esa alternativa, el directorio puede llamar a asamblea (una Conferencia extraordinaria), e inhabilitarle para ejercer funciones dentro de la iglesia.
Es precisamente este el peor escenario que se cierne sobre Eduardo Durán Castro, hasta el día de hoy obispo de Jotabeche. Según fuentes consultadas por Cosmovisión en las próximas horas se estaría haciendo entrega formal de un oficio por parte del Directorio en que se solicitaría la renuncia voluntaria e indeclinable del pastor Durán, por encontrarse inhabilitado de ejercer de acuerdo a los estatutos. Según lo anterior, las causales que constituyen inhabilidad para el obispo presidente son: 1) Malversación de fondos de la iglesia, 2) Faltas graves a la moral y 3) Enseñanza de falsas doctrinas, todas las cuales se cumplirían en el caso de acorralado pastor.
Si Durán no acepta renunciar, el escenario es todavía más lúgubre. Lo único que le quedaría sería marchar al destierro prácticamente solo. La guerra de desgaste por la que hasta ahora había apostado Durán Castro sólo consiguió reforzar a la Resistencia. Los disidentes ahora no sólo tienen a más de 60 de las 77 clases que se han manifestado contra su accionar, a ello se suma casi la totalidad de los miembros del directorio y los pastores encargados de los 17 sectores que conforman la denominación en todo el territorio nacional.
Todos ellos y más de 60 pastores a lo largo de Chile están cuadrados detrás de la petición de renuncia, que a estas alturas parece inevitable.
Lo que comenzó con la firma de una carta de denuncia contra el obispo duran, firmada por los pastores Gamaliel Vega y Aníbal Vilches el miércoles 17 de abril pasado, logró inclinar al resto del directorio hacia la salida menos amistosa del obispo de Jotabeche. Dentro de dicha instancia Durán sólo contaría con el apoyo de (a lo sumo) 2 miembros integrantes de 12 que lo componen: los pastores Osvaldo Ojeda y eventualmente Samuel Acuña (este último estaría indeciso).
La Resistencia estaría presionando al pastor Daniel Valladares (vicepresidente de dicha instancia) para que convoque a más tardar el lunes a una asamblea extraordinaria (conferencia) para inhabilitar a Eduardo Durán Castro como obispo de la corporación. Eso si el otrora hombre fuerte de Jotabeche no renuncia antes.
Aun así, lo más probable es que será en esa reunión que la disidencia tratará de imponer sus condiciones para el nombramiento de un nuevo obispo presidente, porque en el grupo de la Resistencia saben que muchos de los que ahora han salido a criticar a Durán esperan con ansias ser candidatos a ocupar el cargo, y hacerse del enorme poder que dejaría vacante el obispo saliente.