[DEBATE] ¿Qué futuro enfrentan los partidos evangélicos en Chile?

El jueves 8 de junio un grupo de adherentes al Partido Cristiano Ciudadano proclamó a su líder Abraham Larrondo como candidato a la presidencia.

En el escenario electoral que se presenta a los partidos políticos este 2017 algunos han observado que los referentes cristianos evangélicos deberán superar enormes dificultades para inscribirse a tiempo y respaldar sus candidaturas.

Por Israel Vilches, director de Cosmovisión.

Una primera dificultad que deben vencer los partidos evangélicos que están en formación (ver reportaje anterior) es inscribir sus candidatos a tiempo, siempre y cuando estén debidamente constituidos. Esto porque los partidos inscritos sólo se mantienen vigentes si en la última elección de diputados obtienen al menos un 5% de los sufragios, en a lo menos 3 regiones contiguas donde están reconocidos por el Servicio Electoral (SERVEL). El plazo para inscribir candidatos para la próxima elección de diputados es 90 días antes de la elección, es decir: el 21 de agosto.

Para que candidatos evangélicos vayan como afiliados a un partido (y no como independientes), dicha colectividad debe estar legalmente reconocida por el SERVEL antes de esa fecha. Llegar a este punto requiere no sólo recolectar firmas ante notario de miles de adherentes, sino esperar una escrupulosa revisión del SERVEL (que demora 30 días hábiles). Adicionalmente, si un militante se presenta como candidato debe demostrar al menos 2 meses de antigüedad como afiliado a la entidad. Es decir: para el 21 de junio pasado los nuevos partidos debieron estar ya conformados.

Esta dinámica, propia de nuestra institucionalidad electoral chilena, hace virtualmente imposible que el 21 de agosto los candidatos evangélicos que van de diputados al Congreso o consejeros al Gobierno Regional lo hagan bajo la cobertura de un partido confesional reconocido. Lejos de achacar responsabilidad o negligencia al SERVEL, como algunos han insinuado, la presión recae ahora sobre los propios candidatos, quienes deben decidir si se enfocan en reunir las firmas para ir como independientes. También fuerza a los directivos hacer una pausa en la constitución de sus colectividades, para evitar que apenas conformados sean disueltos por no obtener sufragios en diciembre.

El escenario es aún más preocupante en el caso de un candidato a presidente. Para Gonzalo Contreras, director del ministerio Unidos por la Vida y la Familia, aunque es importante la emergencia de nuevos candidatos evangélicos, y que defiendan los valores cristianos, es preocupante que en la coyuntura el tema esté siendo utilizado para llevar agua al molino de alguna otra candidatura o hacia otros intereses:

El jueves 8 de junio un grupo de adherentes al Partido Cristiano Ciudadano proclamó a su líder Abraham Larrondo como candidato a la presidencia.

– El partido PACC (liderado por Abraham Larrondo) recién el lunes 12 de junio finalizó el primer trámite al que hace referencia el Artículo 4 de la Ley Electoral chilena, de Inscripción en el Registro de Partidos Políticos, quedando “En Formación”. Si Larrondo quiere ir como Candidato a Presidente por ese partido, además de juntar las firmas a tiempo su colectividad debe estar constituida en las 15 regiones, con un mínimo de 18.500 firmas, o en tres regiones a lo menos, con 33.493 firmas.

– Fue el mismo número que tuvo que recopilar José Antonio Kast como independiente, y que logró en Mayo, después de varios meses de trabajo.
– Un candidato a presidente que nos represente no puede venir de una autoproclamación personal, de un proyecto político propio, siendo él mismo el representante del partido. Es decir, se percibe algo de ego, lo que no parece ser una dinámica propia de la fe cristiana.

– ¿Quieres decir que no es el momento para presentar una candidatura presidencial evangélica?
Existen dos causas sabias por las cuales considero que no es el momento apropiado para presentar una candidatura a presidente: Primero, el país está viviendo tiempos muy conflictivos debido a la mala administración política. El nuevo presidente debe contar con un apoyo transversal en la ciudadanía para contener el descontento generalizado. Eso significa que debe tener equipos realmente preparados para manejar la actual situación país. Los evangélicos hoy NO tenemos esos equipos. Sería una gran arrogancia pensar que sí, porque los equipos nuestros no están preparados para manejar a nivel nacional lo que una presidencia exige y requiere. Segundo, un presidente independiente no tendrá un Congreso que pueda apoyarlo e una vez electo. Aunque se diga que nuestro sistema de gobierno es presidencialista, se cae en una falacia en suponer que va a poder hacer cualquier cambio si no se tiene apoyo en el Congreso.

– ¿Pero no se hace acto de presencia testimonial, como algunos proponen?
El problema es que deja en evidencia nuestras debilidades. Si este candidato llegara a estar en la papeleta (lo cual veo poco probable) y los evangélicos no votan por él (como ha ocurrido antes) nuestras aspiraciones políticas quedan en un muy mal pie. Nos verán como poco serios, y realmente, es poco serio levantar candidaturas presidenciales de esta manera, sin el trabajo previo necesario como respaldo. En vez de esperar que de la noche a la mañana todo el país sepa de alguien que no aparece en ninguna parte salvo en las redes sociales.

– ¿No te parece que Larrondo sea un candidato bien preparado?
Es dudosa la visión del candidato, si es que apelamos a su experiencia, que no se da cuenta que no tiene posibilidades reales de salir electo como presidente. Entonces, ¿Entendemos que está apostando a visibilizar candidatos? O peor: ¿ va a vender al movimiento al mejor postor? ¿Negociar puestos políticos en el futuro gobierno de Piñera, por ejemplo? La verdad no se sabe. Si es así, todo el discurso asociado a los valores cristianos sería una falacia, un trampolín para estar en el poder, y no necesariamente una defensa de nuestros valores. Espero que sea simple descuido antes que una herramienta para posicionarse en los cargos públicos del siguiente gobierno.

– Alguien podría argumentar que entre más candidatos evangélicos vayan en la papeleta, mejor. ¿Qué opinas tú?
– En general presentar varias candidaturas puede dividir los esfuerzos de los hermanos que están luchando por salir adelante en sus propias campañas, dado que NO se respetan los acuerdos. Por ejemplo, en Santiago va Cristian Ruiz como candidato evangélico por el Distrito 12, y Larrondo (PACC) propone ahí mismo a Alfredo Quezada. Y probablemente sigamos topando con muchos candidatos por esa falta a los acuerdos. Esto no habla de unión, sino de todo lo contrario, una pena. Y por otra parte ¿Porque no sumarse a la mesa coordinadora? ¿Porque no respetar los acuerdos, considerando que debiéramos actuar en bloque, en unidad, en armonía, en un mismo sentir? Ya que por lo general los llaneros solitarios no tienen mucho éxito en lo que a la obra del Señor se refiere.

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