[OPINIÓN] La intromisión religiosa

El proyecto de Ley Aborto en 3 Causales desató una serie de discusiones jurídico-legales, bioéticas, científico-políticas, sociales, filosóficas, y teológico-religiosas sumamente interesante. Hace mucho tiempo que un solo tema no concitaba tanto interés desde tan diversos ámbitos. Quedará en la historia la discusión sobre el tema mismo, y también las consecuencias que este proceso traerá para las partes involucradas, no importando hoy si el resultado favoreció a partidarios u opositores.

Uno de los aspectos más relevantes en el debate público sobre el Aborto en 3 Causales fue sobre el rol del Estado en la protección de la vida humana (que en mi opinión amerita ser protegida por aquel, incluso en estado incipiente, cuando es un embrión o feto). La prohibición penal es una forma de protección, pero admitamos su ineficiencia: esto no disuade a quien quiere practicarlo.

Ahora bien, así como la vida del ser humano ya plantado en el mundo (con rutina diaria de trabajo, descanso y diversión) puede ser quitada en ciertos casos (en causales de ejecución legal, por ejemplo), y así como hay casos en los que quien quita la vida de otro no siempre amerita ser sancionado (causales de exculpación), pienso que de forma análoga se hace relevante preguntarse si acaso dicha vida humana incipiente y dependiente (la del embrión o la del feto) podría ser afectada en determinadas circunstancias (las causales 1 y 2 por ejemplo). Si se decide no penalizar la muerte del embrión o del feto, sigue siendo necesario que el Estado dispense algún otro tipo de protección a su favor.

Otro aspecto que dejó esta llamativa materia fue la participación de las organizaciones religiosas en el debate sobre asuntos públicos. Desde un comienzo se señaló esa distinción, y para molestia de algunos los líderes cristianos participaron muy activamente en el proceso.

La distinción sobre la identidad de las partes y la molestia de algunos a causa de ello, fue más notoria en el recurso que se presentó ante el Tribunal Constitucional, instancia que finalmente escuchó a más de 130 expositores, creyentes e incrédulos, partidarios y opositores, pero varias de ellas en representación de entidades cuyo trasfondo es cristiano.

Pienso tres cosas: Primero, que tales agrupaciones religiosas ameritan tener una silla en la mesa del debate y sus 10 minutos ante la Corte para ser escuchadas. Segundo, estas organizaciones tienen que ser capaces de expresar sus creencias y convicciones de una forma que éstas sean comprensibles por toda la ciudadanía. Y tercero, los creyentes tienen que aprender a perder en los debates públicos, asi, una vez rechazadas sus ideas, no sería lícito que buscaran formas de afectar en las decisiones (vías de hecho) que impliquen obrar desde las sombras (comprar favores).

En fin. El debate legislativo sobre el Aborto en 3 Causales lejos de cerrar el tema dejó abierta la discusión para muchos otros asuntos que seguirán presentes.

Sylvia Araya Serrano
Abogada

@sylvitaraya

Sé el primero en comentar

Dejar una contestacion