[DEBATE] ¿Llegaremos a legalizar la Pedofilia algún día?

Una escena de la película ganadora de un Oscar de la Academia 2018, "Call me by your name", en español: Llámame por tu nombre, que trata sobre una relación romántica entre un hombre adulto y un chico menor de edad.

Por Daniel Díaz Romero.

Candidato a Ph. D. en Química, de la Universidad Johns Hopkins. Colaborador del blog «Pensamiento Pentecostal«.

La pedofilia es una orientación sexual natural”, con este título Mirjam Heine, una estudiante de medicina, se presentó el pasado 5 de Mayo en “TEDx Talks” [1], un formato de charlas en el que un máximo de 18 minutos, se presentan “ideas dignas de ser difundidas”. En sólo 13 minutos Heine causó tal repercusión, que TEDx retiró el video de su página a petición de ella misma. YouTube ha bajado varias versiones del video que otros usuarios han subido.

Tres son las ideas centrales que se destacan de su charla. Primero, un claro esfuerzo en diferenciar a la pedofilia del abuso sexual de menores, llegando ella a afirmar que sólo un 20 a 30% de los abusadores de niños son pedófilos (las estadísticas son un constante recurso durante su charla, sin conocerse la fuente y fiabilidad de dicha información). Segundo, la diferencia entre sentimientos y acciones. Aquí se encarga de establecer que “la pedofilia es una orientación sexual permanente, al igual que la heterosexualidad” (esta comparación es, al menos, llamativa) y que al no estar determinada por la condición socieconómica y educacional de la persona, cualquiera podría nacer pedófilo (el mismo argumento “born that way” utilizado para vincular causas biológicas a comportamientos sexuales determinados, como la homosexualidad). Bajo estas dos premisas, establece que el pedófilo no es responsable en lo que siente, ya que no es algo que él elija, sino en sus acciones. Terceroy último, busca establecer la responsabilidad del resto de la sociedad en la reducción del abuso sexual de menores. Para ello recurre nuevamente a dudosas estadísticas, afirmando que entre un 1 y 2% de la población de hombres en el mundo son pedófilos, lo que sería equivalente a la población completa de Italia o Sudáfrica (cerca de 60 millones de personas).

Generalizaciones de este tipo ya fueron utilizadas en el pasado por Alfred Kinsey, autor quien llegó a afirmar que un 7% de las mujeres, y un 13% de los hombres eran predominantemente homosexuales, basado en estudios que hasta hoy son cuestionados, y aun así siguen siendo citados como argumento de autoridad [2]. Por ejemplo Rolando Jimenez, conocido activista de MOVILH, en entrevista de TV el 17 de julio de 2017, durante el programa En Buen Chileno de T13, (ver desde 1 h 25 min en adelante especialmente), afirmó que sus estadísticas sobre homosexualidad estaban basadas en los estudios de Alfred Kinsey. De esta manera, con un simple truco estadístico, se puede mostrar cualquier cosa como “normal”, algo que muchas personas hacen (o sienten, en este caso). Y haciendo esto, lo que parecía censurable ya no se ve tan incorrecto, ya que “el pecado de todos, no es el pecado de nadie” [3].

Volviendo a la charla de Heine, la idea que ella plantea en este tercer punto, es que al ser una realidad tan presente entre nosotros, sería nuestra responsabilidad no aislarlos ni discriminarlos, ya que esto los conduciría de manera irreversible al abuso sexual de menores. Finaliza destacando que esta estrategia aplicada a 9500 pedófilos en hospitales universitarios alemanes, ha permitido que el 98% de ellos nunca cometa abuso de niños.

Cualquiera que analiza esta charla de manera crítica, por más bien intencionada que haya sido, no puede pasar por alto lo radical de varias afirmaciones ahí presentadas. Pese a que esta charla podría considerarse una anomalía dentro de “TEDx Talks” dado el revuelo que causó, que llevó a los mismos organizadores a removerla de su página; existe otra charla en el canal de “TEDx Talks” en YouTube desde el día 13 de Abril de este año, cuyo título es “Seamos maduros acerca de la pedofilia” [4] presentada por la psicóloga Madeleine van der Bruggen, quien con mucho más oficio y sutileza, expone básicamente las mismas ideas que Heine, aumentando incluso el rango de la población mundial de hombres pedófilos (hasta el 3%).

Este enfoque hacia la pedofilia no es nuevo. Ya en el 2014 se publicó una columna de opinión en The New York Times, titulada “Pedophilia: A Disorder, Not a Crime”, por Margo Kaplan [5]. En ella se repiten las mismas ideas, y se recurren a similares estadísticas, aunque un poco más tímidas en los números (1% de la población mundial de hombres son pedófilos, y 50% de los abusadores de menores, son pedófilos). Sin embargo, este reenfoque de la pedofilia si bien parece estar cargado de buenas intenciones, no deja margen alguno para una completa rehabilitación del pedófilo más allá de la pura abstinencia, al afirmar que la pedofilia es una “orientación sexual permanente”, que el pedófilo “nació así”, y que éste “no elije lo que siente”.

Al mirar las charlas del tipo TED, con expositores con los que es fácil empatizar, abordando un tema tabú desde una nueva perspectiva científica, y apoyados con “contundentes datos estadísticos”, parece la forma que toda idea anteriormente inaceptable, comienza a ser considerada, posteriormente discutida y finalmente aceptada por una sociedad, entrando así dentro de la ventana de medidas socialmente aceptables (ventana de Overton). La pregunta es ¿Será posible que algo así, como la legalización de la pedofilia, ocurra?

La Ventana de Overton (The Overton Window) es un modelo creado en el Mackinac Center for Public Policy por Joseph Overton [6]. Resumidamente: en un área determinada de políticas publicas, se identifica un estrecho rango de medidas que son potencialmente aceptables, y esta ventana de “medidas acetpables” es definida no por las preferencias de los políticos, sino por las cosas que pueden apoyar en un determinado momento, sin perder el apoyo popular. Todas las politicas dentro de la ventana, son potencialmente aceptables, y todas fuera de la ventana son inaceptables en ese momento. Si se cambia la posición o el tamaño de la ventana, se cambia lo que es politicamente posible. Se han propuesto diferentes niveles de aceptabilidad en los que una idea o medida puede estar en una sociedad determinada, estos son: impensable, radical, aceptable, sensato, popular y político [7].

Si aplicamos este modelo al problema de la pedofilia en la sociedad, las charlas de Heine y van der Bruggen, así como la columna de Kaplan, traen la pedofilia desde lo impensable a lo radical (o incluso de lo radical a lo aceptable), haciendo de un tema absurdo o derechamente repulsivo, una idea digna de ser al menos considerada.

Quiero remarcar que no tengo problemas en creer en la genuina buena intención de Heine, van der Bruggen y Kaplan, a la hora de abordar este tema, pero mi sospecha recae en los teóricos de los cuales ellas se alimentan, y desde donde extraen las ideas que con tanta insistencia quieren establecer como verdad.

Dada la forma cómo se ha abordado el tema hasta aquí, y siguiendo la lógica presentada en las charlas, parece ser que la única limitante de estas personas con “orientaciones sexuales naturales y permanentes”, sería el daño que estas relaciones causa en los niños. Por eso se recomienda la abstinencia. Ahora bien ¿qué pasaría si, en realidad, no hay daño alguno? ¿Qué ocurriría si los niños son capaces de disfrutar una vida sexual temprana? ¿Cuál sería la limitante, si se llegase a establecer qué los niños son competentes para elegir libremente sus parejas sexuales, incluido parejas adultas?

Si seguimos el modelo de la Ventana de Overton, esta discusión se plantearía en una de las últimas etapas (de lo popular a lo político) donde colectivos de “amantes intergeneracionales” (según el eufemismo que mejor le parezca para llamar la pedofilia), exigirían sus derechos y el derecho de los niños a amar libremente, ya que siempre se puede apelar a que “Love is Love”.  Tanto es así que en Holanda existió un partido político legal, el PNVD, que buscaba ya en 2006 legalizar las relaciones sexuales con menores hasta los 12 años, y la posesión de pornografía infantil.

Es en este punto, antes que se me acuse de alarmista extremo, sería bueno volver la mirada hacia Alfred Kinsey, quien con dos de sus principales obras (el llamado Informe Kinsey), Sexual Behavior in the Human Male (1948) y Sexual Behavior in The Human Female (1953), produjo tal impacto en occidente, que se le ha llegado a conocer como el padre de la revolución sexual moderna. Es en su primer libro, precisamente en el capítulo 5 (Crecimiento y Actividad Sexual Temprana), donde muchos podrían encontrar un respaldo “científico” a la idea de que los niños presentan deseos sexuales desde su más temprana edad, y que sería incluso beneficioso la tutoría de un adulto en sus incursiones sexuales.

El trabajo de Kinsey en general está plagado de elementos que emocionarían a cualquier amante de las teorías conspirativas, incluyendo la presencia de la fundación Rockefeller como financiadora de sus investigaciones. Pero es su metodología, recolección e interpretación de datos, especialmente en dicho capítulo, lo que hace a su investigación condenable.  Muchos son los detalles que se pueden destacar, pero me centraré solo en unos poco, para quienes quieran ahondar un poco más, existen reportajes [8] y autores como Judith A. Reisman[9] que se han dedicado a analizar críticamente el trabajo de Kinsey.

El primer dato a destacar de este polémico capítulo, son tablas como las siguientes:

  • 30: Erotismo y orgasmo pre-adolescente[10]
  • 31: Edades de orgasmo pre-adolescente[11]
  • 34: Ejemplos de múltiples orgasmos en varones pre-adolescentes[12]

Entre otras. En dichas tablas se reportan niños desde los 5 meses de edad hasta la adolescencia (1888 niños en total) [13], que son capaces de alcanzar el orgasmo, dato que es incluso cronometrado. La recolección de estos datos, en muchos casos viene de terceros: “adultos con entrenamiento técnico”, lo cual representa un claro ejemplo de abuso sexual de menores maquillado de pseudociencia. Se ha dicho incluso que una de las principales fuentes de información para este capítulo, proviene de Rex King, un depravado sexual acusado de abusar a más de 800 niños [14].

Todos los datos aportados por este polémico capítulo son estremecedores, e ir directamente a la fuente a leer los detalles de la investigación, resulta mucho más escalofriante. Pero lo importante a destacar, son algunas conclusiones que arroja Kinsey y su equipo, en base a sus observaciones:

Los orgasmos han sido observados en niños desde los 5 meses hasta la adolescencia… y desde los 4 meses en niñas” [15].

“Muchos de los bebes varones, y niños pequeños son capaces de alcanzar el orgasmo, y es probable que en una sociedad desinhibida la mitad o más pudiese alcanzar el clímax entre los tres y cuatro años de edad, y prácticamente todos ellos podrían experimentar dicho clímax tres o cinco años antes del comienzo de la adolescencia” [16].

Antes de continuar, es importante dejar en claro que no hay razones biológicas que respalden tales afirmaciones, un niño de 3 o 4 años no tiene el desarrollo fisiológico que le permita experimentar un orgasmo [17].

A pesar de lo chocante que son estas ideas, no parecen tan lejanas. En 2018, la película «Call me by your name» («Llámame por tu nombre», en español) ganó un Premio Oscar de la Academia al mejor guión adaptado, y trata sobre una relación romántica y abiertamente sexual entre un hombre adulto y un chico menor de edad. Y hace pocos meses, en nuestra vecina Argentina, el periodista Pablo Duggan decía una polémica frase en torno a la discusión sobre el escándalo de abusos sexuales a menores en dos grandes clubes del fútbol argentino: “Si el chico no se siente abusado, no hubo abuso”[18].

Si bien es difícil imaginar hoy en día discusiones políticas con miras a legalizar prácticas aberrantes cómo la pedofilia, lo cual sería el último paso en el modelo de la Ventana de Overton, puedo vaticinar que si llega aquel día, la discusión no se dará en torno a la persona del pedófilo, ya que para ese tiempo su imagen social estará lo suficientemente limpia como para cuestionar sus naturales y permanentes sentimientos afectivos hacia menores de edad. La discusión sin embargo, se dará en torno a la autonomía del menor de edad para vivir su sexualidad de manera libre, sin importar si eso incluye la elección de parejas sexuales adultas. Si aquel nefasto día llega, una sociedad completamente idiotizada exclamará: “El amor entre parejas intergeneracionales triunfó”.

SE AUTORIZA LA REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL DEL TEXTO, CITANDO LA FUENTE: COSMOVISIÓN.

 

Fuentes:

[1] Mirjam Heine, “Pedophilia is a natural sexual orientation”,

[2] Lawrence S. Mayer, Paul R. McHugh, “Sexuality and Gender – Findings from the Biological, Psychological, and Social Sciences”, The New Atlantis, Number 50, Fall 2016, Special Report, p. 22.

[3] James Bowman, “Bioethics at the Movies”, The New Atlantis, Number 8, Spring 2005, 93-100.

[4] Madeleine van der Bruggen, “Let’s be mature about pedophilia”,

[5] Margo Kaplan, “Pedophilia: A Disorder, Not a Crime” https://www.nytimes.com/2014/10/06/opinion/pedophilia-a-disorder-not-a-crime.html?_r=0

[6] The Overton Window, A Model of Policy Change https://www.mackinac.org/overtonwindow#Video1

[7]How Overton Window works in a Society?  https://shahinhuseynzade.wordpress.com/2016/12/27/how-overton-window-works-in-a-society/

[8] “Secret History: Kinsey’s Paedophiles” https://www.youtube.com/watch?v=UVC-1d5ib50&t=3s

[9] Judith A. Reisman, “Kinsey: Crimes & Consequences – The Red Queen and the Grand Scheme”, Institute for Media Education, 2012, Fourth Edition.

[10] Alfred C. Kinsey, Wardell B. Pomperoy, Clyde E. Martin, “Sexual Behavior in the Human Male”, W.B. Saunders Company, Philadelphia, 1948, Chapter 5, p. 175.

[11] Ref 10, p. 176.

[12] Ref 10, p. 180.

[13] Ref 9, Chapter 7, p. 134.

[14] Ref 9, Chapter 7, pp. 135-136.

[15] Ref 10, p. 177.

[16] Ref 10, p. 178.

[17] Ref 9, Chapter 7, p. 139.

[18] Pablo Duggan: «Si el chico no se siente abusado, no hubo abuso» https://www.youtube.com/watch?v=yTKt3cYC-R

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