Zhenxing Pan, un empresario de comida china que triunfó en Chile

Un tipo reservado y reflexivo pero simpático, así es Zhenxing Pan, Chen para los amigos. Llegó a los 10 años a Chile, para trabajar con su tío en el restaurante. Estudió en la USACH y hoy es un empresario de comida china. El hombre detrás de la prestigiosa cadena de locales “Nueva China” y el “Café París” de Las Condes es cristiano evangélico.

Los restaurantes de Chen tienen un estilo de buen gusto, cada detalle está bien elegido. Es el sello que él ha impreso, con mucho esfuerzo y pasión. Es soltero a sus 30 años, por lo que gran parte de su vida es el trabajo. Y viajar por el mundo. Conversando un café maravilloso a media mañana, Chen muestra su lado más íntimo:

¿Cuanto tiempo al día trabajas?
– Trabajo todo el día. Termino como a las 12, aunque en la tarde duermo siesta.

Trabajas como chino, literalmente.
– Así es. Pero es muy sacrificado.

– Una cosa significativo en tu vida es que eres cristiano. ¿Cómo fue eso?
– Conocí a Cristo acá. Ya tenía mi restaurante. Comía, bebía, lo pasaba bien con amigos. Pero entonces cuando llegaba a mi casa y la fiesta terminó, las luces se apagan, me acuesto en la cama miro el techo y siento un gran vacío dentro de mi. Y me podía a pensar: “Oye, pero si media hora atrás estaba con mis amigos en el restaurante, comiendo, tomando, riendo… ¿por qué siento este gran vacío, por qué no me siento satisfecho?”. Y así empecé a buscar, dije: “Debe haber algo más en esta vida que lo material”.

– ¿Por qué partes estuviste buscando ese lado espiritual de la vida?
– En China por tradición se habla mucho del budismo. Pero en el budismo los monjes tienen que ir a la montaña, tienen que entrenar, meditar. Pero yo me di cuenta que los seres humanos tienen sentimientos, ríen, lloran, el corazón del hombre se duele cuando experimenta el rechazo por una mujer que él quiere. Y ese dolor es más fuerte que cuando te haces un corte con un cuchillo. Hay una afecto del padre hacia sus hijos, el impulso de quererlos. Y de todo eso habla muy poco el budismo. Pero en la Biblia si, dice cosas como “Ama a tus enemigos”, describe las características del amor, como algo positivo.

– Y el budismo, en cambio, habla de desprenderse de los apegos, o sentimientos.
– Justamente, pero los sentimientos y emociones son parte de los seres humanos.

– Y así te encontraste con el cristianismo.
– Cuando recién llegué a Chile trabajando con mi tío, en Semana Santa encontré una folleto en la cocina que decía en chino, con dibujos: “Jesús murió en una cruz del Monte Calvario, y después de 3 días resucitó”. Y yo me preguntaba “¿Quién es Jesús, por qué murió, por qué resucitó?”. No tenía idea. Después de 10 años, en mi búsqueda espiritual fui a buscar a un chino que tiene restaurante, me dijeron que el podía ayudarme, porque era cristiano. Le dije “cuéntame de Jesús, como fue su historia y su vida, quiero saber más de el para conocerle”. Y ahí abrió la Biblia, me empezó a leer el libro de Eclesiastés y los Proverbios.

– De pronto te encontraste con el cristianismo. ¿Cómo fue para un chino el descubrimiento de la sabiduría espiritual de la Biblia?.
– Me movió el piso. Porque fue como una persona que tiene sed y necesita agua, o el bebé que necesitaba leche. Es reconfortante. No sabía que el cristianismo tuviera una sabiduría tan profunda. Y ellos me preguntaron si creía, y yo respondí que sí porque tiene mucha razón y mucha lógica, estoy de acuerdo. Había algo que me recordaba la sabiduría ancestral china. Y después me regalaron una Biblia. Luego me bauticé, fue algo natural.

– ¿Haz cumplido tus sueños? ¿Pensaste que ibas a tener un negocio tan exitoso?
– No, no tanto. Esto es más de lo que yo soñaba.

– ¿En lo económico tienes otras ambiciones?
– Yo no soy el más rico del mundo pero en lo que es restaurante de comida china, los míos son los que les va mejor. Yo no quiero más, con lo que tengo está bien. Es bueno el restaurante porque la comida es primera necesidad, todos tienen que alimentarse. La diferencia es como uno lo hace.

– ¿Y en lo personal tienes algún sueño por alcanzar?
– Admiro a gente como Dewey Lockman, que no tenía una ambición económica solamente sino también espiritual, de invertir en otros. Él por ejemplo dedicó un porcentaje alto de su fortuna para financiar traducción bíblica.

– ¿Hay algún secreto que tu pudieras darle a quien quiera emprender en los negocios?
– Aprendí más trabajando que en la universidad. Porque aquí son las batallas reales, no en la sala de clases. Esto te sirve cuando surgen problemas, para enfrentarlos tienes los conocimientos y experiencias. Aquí aprendí que uno es responsable de todo lo que pasa en su negocio. A veces uno dice “Es que fue culpa de él, que no hizo bien su trabajo, o fue flojo”. Y con el tiempo me di cuenta que no, uno es responsable de esto. Si él fue flojo es porque yo no tuve la capacidad de hacerle ver cómo se hacen las cosas, o no supe distinguir dónde hay que poner a trabajar cada persona.

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